martes, 21 de julio de 2015

Carlos Muro e Isabel Guerra nos muestran su realidad

Supongo que ya me iréis conociendo y sabréis que siempre apuesto por el talento y por personas que desprenden arte por cada poro de su piel... Pues bien, hoy os acerco al tipo de pintura que a mi siempre me ha encantado; el hiperrealismo, y de la mano de dos pedazos de artistas de nuestra tierra, Carlos Muro e Isabel Guerra. Hoy apuesto por el talento español y nuevamente por personas no muy conocidas.

Carlos Muro.

Nacido en 1947 en la ciudad de Toledo, Carlos Muro es un veterano de la pintura hiperrealista, cuenta con grandes reconocimientos como el "Premio  Penagos de dibujo" en 2001, 2º Premio "Salón de Otoño de Madrid" en 2003, varios menciones de honor y un largo etcétera en su currículum.


(Carlos Muro junto con uno de sus autorretratos).


Conocido como el pintor de los grises, todas sus obras saltan a la vista por ser siempre en escalas de grises, pintadas por acrílico o carbón dando una seriedad y una personalidad muy interesante en sus composiciones o retratos.


(Composición 106 -  Obra dedicada a los Niños de Beslán). Acrílico.


(Beatriz). Acrílico.


(Composición 109). Acrílico.



Más obras: www.carlosmuroaguado.com


Isabel Guerra. 

Hija única y de familia de buena posición, de la misma quinta que Javier Torices y para sorpresa de todos, monja de clausura en Zaragoza.

Comenzó a pintar con apenas 12 años, y con 15 ya tuvo su primera exposición en la Sala Toisón de Madrid.


(Sor Isabel junto al retrato para la ex-alcaldesa de Zaragoza). 2001.


Es Académica de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis y correspondiente de la Real Academia y Ciencias Históricas de Toledo.

Es una pintora autodidacta y siempre quiere transmitir esa paz interior que todos esperamos encontrar, o hacernos reflexionar con sus cuadros que son la pura imagen de la vida cotidiana.

Sus cuadros son de técnica velazqueña, y se caracterizan por su gran luminosidad.

Es el claro ejemplo de que el arte puede residir en cualquier parte, en este caso en los simples aposentos de una sierva de la Iglesia.


(A ti levanto mis ojos).


(Ilumina mi noche con tu presencia).


(Sobre tí amanecerá su luz).






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